viernes, 29 de julio de 2011

No hay cana p'a tanta gente.


   Sobre de Manila
   No hay cana p'a tanta gente
   Rafael Mejía Arango


   Para ponerle fin a la batalla troyana al interior del consejo editorial de bloma, conformado, como sabrán, por el suscrito y su par de ángeles guardianas, dos mujercitas, una buena y una mala, que manejan su conciencia. La buena, dulce y prudente, optimista y misericordiosa. La mala ¡mala! (en femenino porque sin duda son mujercitas mis ángeles de la guarda, muy a pesar de quienes insisten en la asexualidad de la corte celestial). 

   Mujercitas las dos y feroces como leonas celosas que no claudican ni se arrugan por nada; y que defienden sus territorios y sus ideas dejando en el campo de batalla, en la lona, hasta la última partícula de sus cuerpecitos adorables; que se muerden y se arañan y se arrancan el pelo, y hasta la pelucita sedosa de sus pellejos. El motivo principal de la pelea, aparte de los eternos celos, las envidias y los resentimientos que mantienen encendida la pelotera humana, es el de siempre que se trata de sacar a la luz una nueva entrega de Sobre de Manila:  el tira y afloje con las benditas angelitas sobre cual debe ser el propósito del artículo de turno. Si debemos sembrar optimismo y bienestar entre los lectores, sacarlos del maremágnum de la realidad y contarles un cuento de hadas para que duerman tranquilos; o asumir una postura responsable y franca que los despierte para que afronten con los ojos bien abiertos lo que acontece, tanto y tan grave.   

   Para que no se vayan a matar este par de fierecillas indomables vamos a recurrir a la salomónica solución del miti-miti. Vamos a tratar cosas alegres, buenas noticias, opiniones optimistas; y cosas malucas:

   Buena noticia es el hecho de que Manizales ha ido conformando un interesante cinturón verde con sus bosques y parques; y mejor aún que estamos creando conciencia de su importancia fundamental.

   Malísimas noticias las que llegan desde el llamado Cuerno Africano, donde la guerra, la sequía y la hambruna están matando miles y miles de niños...

   Buena noticia, que paró de llover luego de veinicuatro horas seguidas. Y que comenzó el mundial sub 20 de fútbol.

   Mala noticia la matanza en Noruega.



   ***


   Mucho me temo que en cualquier momento me voy a convertir en un peligro para la sociedad, que es el término de moda para referirse a quienes deben ir a la cárcel.

   No solo yo sino los millones de colombianos que tengan entre sus vicios o costumbres sociales meter bareta, o perico, o éxtasis, para solo mencionar las menos bravas de las innumerables sustancias con las cuales los incomprensibles humanos decidimos alterar la mecánica fisiológica de la existencia.

   Para la guandoca se irán todos aquellos que no salen de casa, ni menos de rumba, sin su gramito de coca, o su cachito armado en la billetera. Y todos esos muchachitos imberbes y muchachitas in... qué? para quienes las anfetaminas o los estimulantes son una opción más en la carta, como el ron con cocacola o el tabaco. Una sola requisa bien hecha en la zona rosa de Manizales un viernes en horas rojas –para poner un ejemplo sano– bastará para llenar hasta el último rincón apestoso de todo el sistema carcelario.

   Para evitar el alarmismo no incluimos en el menú a los demonios del basuco, la heroína, el éter o la tristemente célebre absintia, el verde ajenjo –de moda–, cuyas adicciones son fulminantes.

   Ni sumamos los enemil nuevos peligros-para-la-sociedad que son los vendedores clandestinos de cigarrillos menudiados, que con media docena de bombones y unos paquetes de maní casero constituían el surtido de sus mini confiterias callejeras.

   Y los aún más peligrosos-para-la-sociedad pequeños comerciantes que se trasnochan para vender "mediecitas" de licor en cualquiera de los tenderetes de cada cuadra en cada vecindario de cada pueblo o ciudad de Colombia.

   Todos para la cana. Me pido en el Cantón Norte.

   La buena noticia es que no compartiremos los calabozos inmundos con los letales atracadores que apuñalan a sus víctimas por un celular, porque a estos dizque no los pueden guardar si nadie los denuncia (?).

   Y la mala es que a diferencia de los corruptos, no saldremos ricos de prisión, como la pinta esa de la DIAN, quien si metió bien metida la mano, negra.

  
   ***


   Lo de la bella mala Winehause nos dió duro a sus fans. Y nos vuelve el espanto por esa cruel coincidencia de fama y tragedia; y por esa otra más misteriosa, la de sus veintisiete años que también tenían cuando se murieron Hendrix y Morrison y Joplin y etc.; músicos inmensos que se mataron a punta de droga y alcohol, y quienes parecería, por la obra que dejaron, que presintieran su prematuro destino. Así como sucede con tantos muertos jóvenes, "preferidos de los dioses", cuyos mucho talento y especial energía los hacen inmortales. Algunos lo vieron con tanta claridad como el caleño Andrés Caicedo, quien se le adelantó a la Parca y se suicidó proclamando que le parecía deshonesto pasar de los veinticuatro... rafame953@gmail.com







   


   


   






1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo... tanto con lo de las drogas, ya que el problema no es prohibirlas sino educar y que cada quién haga de su culo un balero.

    Así como la absurda justicia y penas que nos gobiernan y finalmente y claro está con el prestigioso "Club de los 27" del que los bien grandes no han podido pasar.

    Buen artículo don Petu!

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